Recuerdas que alguien te dijo alguna vez que un día despertó en medio de la noche con un dolor de cabeza infernal y al levantarse y caminar a la cocina notó que el gas se estaba escapando. Casi se envenenaba. Piensas que estás en una situación parecida y recuerdas esa nota del periódico de hace unos meses en la que una familia completa murió intoxicada por aspirar gas. Piensas en el encabezado de la nota que anuncia tu propia muerte. Es demasiado para un lunes que uno de los primeros pensamientos del día sea algo así, por lo que decides bloquearlo. ¿Por qué me duele la cabeza?
De todos modos revisas la estufa y confirmas que el gas no se está escapando y que nunca estuviste en peligro de morir intoxicado. Por lo menos, te consuelas. ¿Por qué me duele la cabeza?
Un buen regaderazo y seguro que el dolor se irá, te animas. Cae el agua como agujas filosas en tu cabeza, no lo soportas, te quedas ahí, sin más, esperando el alivio del agua sanadora que nunca llega. Te ves en el espejo. Notas que estás más pálido que de costumbre, la boca, seca, los ojos chiquitos e inyectados, dos animales asustados tratando de ocultarse. El agua te escurre y ya es casi hora de irse. Sigues parado bajo la regadera.
Sales del baño, te alcanzas a agarrar del tubo de la toalla cuando descubres que además estás mareado, ido, débil, la cabeza no deja de dar vueltas. Te vienen náuseas, vomitas, o intentas, vomitar, las arcadas te vienen cada vez más violentas, la convulsión, los oídos a punto de reventarse. Tienes la cabeza en el excusado. Vaya manera de comenzar un lunes, piensas.
¿Por qué me duele la cabeza?
Te quedas ahí un minuto. Dos. Tres. Cuatro. Cinco Es cosa de recuperar fuerzas, te repites. Seis. Te incorporas, te limpias la boca, te sientes más sucio que antes de meterte a bañar. Ya es muy tarde. Te vistes lastimosamente, cada movimiento es un dolor agudo en la cabeza. Empiezas a recordar el sueño aquel en el que estás sentado en un bar inmundo con unas putas cínicas y enfermas. En el sueño la voz del presentador de noticias de la televisión está anunciando que en EEUU una niñera fue videograbada mientras maltrataba a un bebé de seis meses.
Pobre bebé. A él también le debe doler la cabeza, piensas. Te preguntas si no eres tú el bebé del sueño y que te duele la cabeza porque a él le duele la cabeza. Como psicoanalista estás jodido. Luego te justificas: Además, a mí no me maltrataban mis niñeras. Y aparte ¿qué significado tienen las putas? ¿por qué estoy en un bar sórdido? Si yo ni tomo (tanto). ¿Por qué me duele la cabeza?
Debes irte a trabajar, ya es muy tarde. Llegas al trabajo. Todos te dicen lo mismo.
- ¿Qué te pasó? Te ves muy mal.
- Es que no pude dormir muy bien
- ¿Por qué?
- Tuve un sueño
- ¿Y qué?
- Fue algo extraño
- ¿Una pesadilla?
- Más o menos
- Ah. ¿Y ya no pudiste volverte a dormir? Yo una vez soñé que estaba en una casa...
Regresas del trabajo y el dolor de cabeza sigue ahí. No entiendes nada. Tu departamento te parece más asfixiante que nunca, las palpitaciones en la cabeza, el corazón se cambió de lugar, ahora se hospeda en tu cabeza. Te va a explotar el corazón, te va a explotar la cabeza.
Te vas a dormir. Esperas que el dolor de cabeza se vaya, esperas que la voz en tu cabeza se calle, que deje de repetirte todo lo que te pasa. Que no me tengas que escuchar. Que no te tengas que escuchar. Ya es media noche. Te duermes pensando que mañana no te duela la cabeza.
3 comentarios:
Creo que ya me empezó a doler la cabeza, muchas gracias...
jejeje
Buen texto!, es llegador, en serio! me hizo recordar la sensación de...sí...de un dolor de cabeza.
Ups! Lo siento, debí poner un disclaimer antes del post:
Advertencia:
Si NO quiere que le duela la cabeza no lea esto. Si le gusta sufrir, dese gusto y léalo varias veces.
Ya tenía mucho que no me dolía la choya pero ese día sí me dolió un buen, creo que era por el calor. Estàbamos a treinta y tantos. Es terrible.
Saludos!
Tengo miedo! Tengo miedo del contagio del dolor de cabeza que màs bien a mi se me convierte en MIGRAÑA jaja!
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