Fui a la Feria de Tapachula. Me decepcioné grandemente. Lo que más me gustó fueron los animales de la exhibición ganadera. Tienen unos cebús hermosos, animales grandes, fuertes, mansos, de mirada tranquila y amigable. Lo demás es una feria bastante ordinaria. Quiero ir una segunda vez para ver si hay algo que me haya perdido la primera vez. Ir en la noche, a lo mejor hay algo que valga la pena, aunque lo dudo mucho.
Lo que sí encontré fue una amplia y diversa oferta de servicios de entretenimiento, entre la que destaca la exhibición de fenómenos de circo. El premio al más acá se lo disputan la mujer con tres senos y la mujer reptil. La verdad no entré a ver a ninguna de las dos pero me impresionó más el letrero que anunciaba a la mujer de tres pechos porque era una foto real de la chava con el torso desnudo pero con estrellitas en los pezones, la censura, ya saben.
En cambio, el anuncio de la mujer reptil era un dibujo de una chava que se parecía a uno de esos personajes que salían en la ochentera serie Invasión Extraterrestre. La verdad que no tiene nada que hacer contra la foto real de la chava.
¿Cómo será entrar? Creo que Jodorowsky dijo una vez que las personas que tenían alguna de estas características eran originales porque eran bromas de Dios o algo así. La verdad no me acuerdo. He estado pensando que por más lugar común que sean los fenómenos de circo y hayan sido explotados y representados en cine, en teatro, no hay nada como estar ahí frente a ellos y frente a la posibilidad real de pagar quince pesos por ver al niño lobo, a la mujer con tres chichis y la mujer lagarto. ¡Los tres por quince pesos!
Incluso en la película de David Lynch, la de El hombre elefante, por más perturbadora que parezca la imagen del Sr. Merrick, estar frente a un verdadero/genuino/legítimo fenómeno de circo debe ser una experiencia. No sé. Me da curiosidad. Sé que hay películas mucho más dañadas que esa, las del mismo Lynch, las de Jodorowsky, Pink Flamingos y tantas otras pero ver un freak en vivo debe ser otra cosa.
Aunque siempre cabe la posibilidad de que se trate de un fraude. ¿Qué tal si el tercer pecho es una prótesis ahí toda mal pegada? Y lo de la foto pues fácilmente se hace un photoshop para enganchar a la gente, sin pedos.
Cómo fuera, creo que no entraría. Además huele bien gacho ahí a la entradita, ya estando adentro ¡futa! pinche peste. No lo sé. Ya para concluir, si los asiduos lectores de este blog así lo demandan, mañana la foto de la chava de tres chichis.
Lo que sí encontré fue una amplia y diversa oferta de servicios de entretenimiento, entre la que destaca la exhibición de fenómenos de circo. El premio al más acá se lo disputan la mujer con tres senos y la mujer reptil. La verdad no entré a ver a ninguna de las dos pero me impresionó más el letrero que anunciaba a la mujer de tres pechos porque era una foto real de la chava con el torso desnudo pero con estrellitas en los pezones, la censura, ya saben.
En cambio, el anuncio de la mujer reptil era un dibujo de una chava que se parecía a uno de esos personajes que salían en la ochentera serie Invasión Extraterrestre. La verdad que no tiene nada que hacer contra la foto real de la chava.
¿Cómo será entrar? Creo que Jodorowsky dijo una vez que las personas que tenían alguna de estas características eran originales porque eran bromas de Dios o algo así. La verdad no me acuerdo. He estado pensando que por más lugar común que sean los fenómenos de circo y hayan sido explotados y representados en cine, en teatro, no hay nada como estar ahí frente a ellos y frente a la posibilidad real de pagar quince pesos por ver al niño lobo, a la mujer con tres chichis y la mujer lagarto. ¡Los tres por quince pesos!
Incluso en la película de David Lynch, la de El hombre elefante, por más perturbadora que parezca la imagen del Sr. Merrick, estar frente a un verdadero/genuino/legítimo fenómeno de circo debe ser una experiencia. No sé. Me da curiosidad. Sé que hay películas mucho más dañadas que esa, las del mismo Lynch, las de Jodorowsky, Pink Flamingos y tantas otras pero ver un freak en vivo debe ser otra cosa.
Aunque siempre cabe la posibilidad de que se trate de un fraude. ¿Qué tal si el tercer pecho es una prótesis ahí toda mal pegada? Y lo de la foto pues fácilmente se hace un photoshop para enganchar a la gente, sin pedos.
Cómo fuera, creo que no entraría. Además huele bien gacho ahí a la entradita, ya estando adentro ¡futa! pinche peste. No lo sé. Ya para concluir, si los asiduos lectores de este blog así lo demandan, mañana la foto de la chava de tres chichis.
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