Cristina es una de las mujeres más importantes de mi vida en este momento. Hoy no la vi. La extrañé. Hace un momento por fin pude comunicarme con ella. Me hizo un anunció. Me dio gusto por ella, sin embargo, no pude reprimir cierta frustración, cierta amargura. La escuché en el teléfono. Me reconoció inmediatamente. No pudo ocultar cierta ansiedad cuando escuchó mi voz.
- Iba a llamar antes… es que hoy no pude ir.
Es mucho tiempo sin verla. Desde el jueves pasado hasta este martes y todo para encontrarse con que no está, no vino, no hay rastro de ella. Por fin llegó el anhelado martes sólo para desilusionarme, para encontrar todo igual, para ver con pesar que Cristina no vino a mi casa.
Cristina es la muchacha que me ayuda a limpiar la casa y hoy no vino. El lugar está hecho un desmadre. El fin de semana pasado me esmeré en dejar todo súper cerdo. Hay trastes y más trastes en mi cuarto. Platos, vasos, botellas de agua vacías, cucharas, tenedores, vasitos de flan, bolsitas de té marchitas y reposando en el fondo de las tazas, servilletas. También hay ropa por todos lados. Bóxers, calcetines, camisetas, shorts, tenis, pantalones, camisas sin planchar, pijama, la cama no se ha tendido desde el jueves. El piso está sucio y una fina capa de polvo ya lo cubre todo. No hablemos del baño.
En la cocina ya empiezan a reproducirse varias especies, hay en la tarja una montaña de trastes que esperaron pacientemente para hoy ser justamente recompensados con un baño de agua caliente y jabón y ahí siguen. Terriblemente desilusionados y tristes de pasar un día más ahí. Ya empieza a oler mal. Los hubiera lavado pero estaba seguro que hoy vendría ella. Las hormigas miniatura empiezan a extender sus dominios, ya se les ve muy activas y ocupando áreas cada vez más amplias de la cocina. Toman posiciones, se preparan para atacar. Ahí van formaditas. Se reúnen alrededor de un chícharo que quedó del atún del otro día. Ellas no extrañan a Cristina.
- Es que ya tengo trabajo en las mañanas.
Cristina quería estudiar Medicina pero no pudo ir a estudiar a Tuxtla por lo que tuvo que quedarse aquí y conformarse con estudiar una carrera que no le gusta. Recién me dijo que abandonó la carrera que odiaba para meterse a estudiar Derecho. Ella tiene expectativas de superación y trabaja porque paga parcialmente sus estudios. Es una buena muchacha y me ayuda mucho, más de lo que yo le puedo ayudar con lo que le pago. Me da mucho gusto que tenga un trabajo donde pueda tener otros horizontes. No quise investigar en qué consiste su nuevo empleo, únicamente mencionó a un Contador, por lo que tal vez sea un trabajo de oficina donde pueda acumular cierta experiencia. Me da gusto por ella, sin embargo, no puedo dejar de sentir cierta frustración al pensar en que la casa va a volver a la suciedad que conoció antes de que Cristina llegara a nuestras vidas.
La casa es muy grande y necesita quién se ocupe de ella. Yo no puedo con tal responsabilidad. No sé ni por dónde empezar cada vez que trato de limpiar. Ella en cambio lo hace todo muy graciosamente, se quita los zapatos y empieza a limpiar. Lo hace ver muy fácil. La veo en la mañana sólo para pedirle más empeño en alguna tarea en particular y me voy confiado en que la casa estará limpia cuando regrese. Me dijo que mañana me llamaría para ver si podía venir temprano a limpiar, supongo que por última vez, y a entregar la llave.
Lo que está fuera de toda discusión es que yo limpie. Puedo limpiar lo que yo tiro pero el polvo, la suciedad acumulada, las telarañas, trapear, barrer limpiar el refrigerador, el baño, eso es para los profesionales. Espero pronto poder conseguir alguien que me ayude. Otherwise, it will be a disaster.
- Iba a llamar antes… es que hoy no pude ir.
Es mucho tiempo sin verla. Desde el jueves pasado hasta este martes y todo para encontrarse con que no está, no vino, no hay rastro de ella. Por fin llegó el anhelado martes sólo para desilusionarme, para encontrar todo igual, para ver con pesar que Cristina no vino a mi casa.
Cristina es la muchacha que me ayuda a limpiar la casa y hoy no vino. El lugar está hecho un desmadre. El fin de semana pasado me esmeré en dejar todo súper cerdo. Hay trastes y más trastes en mi cuarto. Platos, vasos, botellas de agua vacías, cucharas, tenedores, vasitos de flan, bolsitas de té marchitas y reposando en el fondo de las tazas, servilletas. También hay ropa por todos lados. Bóxers, calcetines, camisetas, shorts, tenis, pantalones, camisas sin planchar, pijama, la cama no se ha tendido desde el jueves. El piso está sucio y una fina capa de polvo ya lo cubre todo. No hablemos del baño.
En la cocina ya empiezan a reproducirse varias especies, hay en la tarja una montaña de trastes que esperaron pacientemente para hoy ser justamente recompensados con un baño de agua caliente y jabón y ahí siguen. Terriblemente desilusionados y tristes de pasar un día más ahí. Ya empieza a oler mal. Los hubiera lavado pero estaba seguro que hoy vendría ella. Las hormigas miniatura empiezan a extender sus dominios, ya se les ve muy activas y ocupando áreas cada vez más amplias de la cocina. Toman posiciones, se preparan para atacar. Ahí van formaditas. Se reúnen alrededor de un chícharo que quedó del atún del otro día. Ellas no extrañan a Cristina.
- Es que ya tengo trabajo en las mañanas.
Cristina quería estudiar Medicina pero no pudo ir a estudiar a Tuxtla por lo que tuvo que quedarse aquí y conformarse con estudiar una carrera que no le gusta. Recién me dijo que abandonó la carrera que odiaba para meterse a estudiar Derecho. Ella tiene expectativas de superación y trabaja porque paga parcialmente sus estudios. Es una buena muchacha y me ayuda mucho, más de lo que yo le puedo ayudar con lo que le pago. Me da mucho gusto que tenga un trabajo donde pueda tener otros horizontes. No quise investigar en qué consiste su nuevo empleo, únicamente mencionó a un Contador, por lo que tal vez sea un trabajo de oficina donde pueda acumular cierta experiencia. Me da gusto por ella, sin embargo, no puedo dejar de sentir cierta frustración al pensar en que la casa va a volver a la suciedad que conoció antes de que Cristina llegara a nuestras vidas.
La casa es muy grande y necesita quién se ocupe de ella. Yo no puedo con tal responsabilidad. No sé ni por dónde empezar cada vez que trato de limpiar. Ella en cambio lo hace todo muy graciosamente, se quita los zapatos y empieza a limpiar. Lo hace ver muy fácil. La veo en la mañana sólo para pedirle más empeño en alguna tarea en particular y me voy confiado en que la casa estará limpia cuando regrese. Me dijo que mañana me llamaría para ver si podía venir temprano a limpiar, supongo que por última vez, y a entregar la llave.
Lo que está fuera de toda discusión es que yo limpie. Puedo limpiar lo que yo tiro pero el polvo, la suciedad acumulada, las telarañas, trapear, barrer limpiar el refrigerador, el baño, eso es para los profesionales. Espero pronto poder conseguir alguien que me ayude. Otherwise, it will be a disaster.
No hay comentarios:
Publicar un comentario