sábado, enero 19, 2008

Bigote

Ella: ¿No crees que tu bigote es demasiado?

Él: ¿Demasiado? ¿A qué te refieres?

Ella: Sí. Escandaloso... provocador, diría yo.

Él: ¿Tú crees? El otro día una que trabaja conmigo me dijo que lo tenía como de actor porno.

Ella: Jajajaja, no he visto muchas porno pero creo que sí.

Él: Fue chistoso porque luego acabamos platicando largamente acerca de las pornos que habíamos visto. Resulta que hasta compramos en la misma tienda, que casualidad.

Ella: ¿En serio?

Él: Sí. Es de las pocas mujeres que conozco que sí ve películas porno, o por lo menos que lo acepta abiertamente.

Ella: Bueno, es que a las mujeres nos gustan otras cosas.

Él: Ah, sí, claro, ella complementa con las películas porque su mayor afición son los juguetes.

Ella: Ya veo.

Él: Por lo pronto no me rasuraré el bigote, me ha generado buenos acercamientos con varias chicas. El secreto es mantenerlo bien recortado pero que no parezca totalmente arreglado, un poco desaliñado pero limpio, hay que mantenerlo libre de moronas y cosas por el estilo, por eso ya no como galletas porque las moronitas se me alojan entre los pelos.

Ella: Comprendo. A mi me parece que es un poco excesivo, no sé, como una declaración contra algo, contra el stablishment, una protesta contra la moral y las buenas costumbres, un bigote político, muy liberal. Que milita y defiende las causas justas.

Él: ¿De verdad? No lo había visto así. A mi ni me gusta el activismo. Soy más bien apático.

Ella: Ya veo.

Él: Entre las connotaciones fálicas y las políticas quién sabe a dónde vaya a acabar con este bigote.

Ella: Bueno, no dejes de informarme.

Él: Lo haré.

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